¿Qué tipo de situaciones vividas se consideran traumas?

Según el Diccionario de la Real Academia Española, la palabra “Trauma” proviene del griego, significa herida. Además, en él aparecen otras acepciones:

  1. Choque emocional que produce un daño duradero en el inconsciente.
  2. Emoción o impresión negativa, fuerte y duradera.
  3. Med. Lesión duradera producida por un agente mecánico, generalmente externo.

El Trauma Psicológico es una experiencia juzgada por el participante como impactante (un shock) y memorable, que deja efectos negativos, duraderos en la psique y que representa una amenaza para la integridad física y/o mental de la persona.

Según la Dra. Francine Shapiro, podemos distinguir dos tipos de trauma: Traumas con “T” mayúscula y trauma con “t” minúscula.

El Trauma con “T” mayúscula, se refiere a una situación objetivamente traumática para un observador imparcial: un accidente automovilístico, un hecho de abuso físico o sexual, una enfermedad grave, un asalto, etc.

El trauma con “t” minúscula, se refiere a una situación que la persona ha vivenciado como traumática, desde su punto de vista subjetivo, pero que no necesariamente puede ser calificada como tal, desde el punto de vista de un observador externo. En nuestra historia vital, podemos encontrar muchos hechos y circunstancias interpretadas como amenazadoras y rotuladas con una creencia negativa, que van integrándose a nuestros recuerdos e identidad, e influyendo en nuestras características de personalidad. Experiencias de rechazo, de ser menospreciado por los padres, eventos relativamente menores de abandono o burlas tempranas por parte de los compañeros, que generaron sentimientos de ansiedad, desvalorización e inseguridad, pueden dar lugar a síntomas fóbicos o depresivos en la vida adulta.

Entre otros tipos de traumas, también podemos mencionar:

El trauma vicariante o trauma por compasión, se refiere al recuerdo impactante de un hecho traumático que le ocurrió a otra persona, pero que el sujeto que fue testigo de esto se traumatizó al verlo u oírlo. Es el caso de algunos testigos de peleas, accidentes o delitos. Cabe aclarar, que ser observador de escenas fuertes e impactantes de este tipo, no significa que inexorablemente se inscribirán como traumáticas en nuestro cerebro, para que ello ocurra son necesarias ciertas condiciones que influirán como la edad de la persona, la existencia previa de otros traumas, la interpretaciones cognitivas, las respuestas de contención del entorno, entre otras. Este tipo de trauma es común en los niños que se impresionan profundamente frente a un hecho traumático que les es contado o leído, o a veces visto en una película de terror, por ejemplo.

El trauma perinatal, se refiere a un evento específico como dificultades en el nacimiento, separación de la madre al nacer o después, cirugías tempranas.

El trauma heredado, es el recuerdo de un trauma ocurrido a la madre estando embarazada o en los primeros meses de vida del bebé.

El trauma en la persona que lo sufre, puede provocar diferentes clases de síntomas a corto o largo plazo, dando lugar a trastornos como el Trauma por Estrés Agudo, que es un cuadro que se presenta de manera inmediata al sufrir un trauma y dura aproximadamente un mes desde que ocurrió el acontecimiento traumático. Si no se supera se hace crónico. Y en éste último caso produce el Trastorno por Estrés Postraumático.

La existencia del trauma está presente no sólo en los trastornos de estrés agudo y traumático sino que se comprueba en la base de muchos trastornos de ansiedad y cuadros depresivos.

Frente a una situación de alto peligro, la “lucha o fuga” es una respuesta natural y adaptativa al estrés. A veces dicha respuesta se mantiene en el tiempo y persiste aun cuando ya no es necesaria y los síntomas quedan desconectados de la fuente que les dio origen.

¿Qué es el Trastorno de Estrés Postraumático?

Este cuadro es producido por eventos traumáticos objetivos. Se trata de episodios que ponen en peligro la vida, la integridad física o funcional y el bienestar de una persona. Este trastorno puede iniciarse a cualquier edad, incluso durante la infancia. Los síntomas suelen aparecer en los primeros tres meses posteriores al trauma, si bien puede haber un lapso temporal de meses, o incluso años, antes que los síntomas manifiesten.

Se caracteriza por la presencia de algunos de estos síntomas:

  • Hiperalerta, reactividad permanente, sobresalto fácil, hipervigilancia e irritabilidad. La persona tiene una expectativa de peligro, con el cuerpo en perpetuo alerta, es más sensible a los ruidos.
  • Recuerdos intrusivos recurrentes y repetitivos del evento, con malestar; flashbacks, actuar o sentir bruscamente como si el trauma ocurriera
  • Pesadillas acerca del incidente; alteración del sueño (dificultad para conciliar o mantenerlo, sueño inquieto).
  • Malestar intenso al ser expuesta la persona a situaciones que asemejen o simbolicen el trauma (lugares similares, aniversarios).
  • Esfuerzos para evitar actividades, situaciones o lugares que evoquen el trauma.
  • Amnesia parcial o total, del trauma.
  • Dificultad de concentración.
  • Reactividad fisiológica (taquicardia, hiperventilación, sudoración) ante la exposición a situaciones que recuerden el trauma.
  • Inestabilidad emocional, con explosiones de ira.
  • Sentimientos de desapego o distancia de otros.
  • Incapacidad de amar o de sentir.
  • Sensación de futuro acortado y breve.
  • Insensibilidad al dolor, despersonalización y desrealización.
  • Creencias o expectativas negativas persistentes y exageradas sobre sí mismo, los demás o el mundo (como “No puedo confiar en nadie”, “El mundo es muy peligroso”).
  • Disminución importante del interés o la participación en actividades significativas.
  • Comportamiento imprudente o autodestructivo.
  • La alteración causa malestar significativo o deterioro en el área social, laboral u otras áreas importantes de la actividad de la persona.

¿Cuál es el tratamiento para superar estas situaciones traumáticas?

El tratamiento consiste en intervenciones psicoterapéuticas individuales, entre las cuales el EMDR ha mostrado una alta eficacia. También es de utilidad la terapia cognitivo conductual centrada en el trauma. Por otro lado, el apoyo ofrecido por las terapias de grupo, de familia y los grupos de autoayuda promueven la superación brindando contención.

El tratamiento EMDR, al reprocesar la información traumática, permite que los recuerdos se desensibilicen y se integren a la vida de las personas.

En los casos de estrés postraumático, los recuerdos son mantenidos intactos con el paso de los años y las décadas, no solamente se mantiene inmutable la imagen de lo sucedido sino también las emociones y sensaciones físicas que acompañaron al incidente así como las creencias e interpretaciones de lo sucedido.

El método EMDR permite el reprocesamiento de la información, actuando sobre las áreas mental, emocional y corporal; se pone en movimiento el registro del trauma “congelado” y almacenado; la información disfuncional se va desvaneciendo y el cerebro codifica la nueva información en términos realistas y adaptativos.

Este es el motivo por el cual EMDR es un método de elección para alivianar la carga y el dolor del trauma y sus secuelas.

Referencias:

-American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders: Fifth edition. Arlington, VA
-Diccionario de la Real Academia Española- Diccionario de la Lengua Española (2014) Vigésima tercera edición.
– Lescano R., Solvey P. y Solvey R. F. de y otros (2004)”Trauma y EMDR: un nuevo abordaje terapéutico” EMDRIA Latinoamérica, Bs.As. 1,52-56.
– Shapiro, F. (1995) “EMDR: Basic Principles, Protocols and Procedures” N.York-Guilford Press.
– Solvey, P. & Ferrazzano de Solvey, R. (comp.) (2006) Serie “Terapias de Avanzada” Vol 1- R. Vergara Ed, Bs As.
-Solvey,P. & Ferrazano de Solvey, R. (comp.) (2008) Serie “Terapias de Avanzada” Vol 4 – T de A Ed. Bs. As.
-Solvey P. & Ferrazano de Solvey, R. (comp.) (2009) Serie “Terapias de Avanzada” Vol 5 – T de A Ed. Bs.As.
– Solvey, P & Ferrazano de Solvey, R. (2012) “La escena fundante”- T de A Ed. Bs. As. 4, 63-65.